2 Timothy 4

Predicar la palabra aunque no la escuchen

1 ss. Este célebre pasaje (1-8) se lee como Epístola en la misa de los santos doctores mostrando que su oficio por excelencia es la predicación del Evangelio, y cuán grandes son los obstáculos que se le oponen según tantas veces lo anunció el mismo Jesús (3, 12; Jn. 15, 20 y nota). “Conjura a su discípulo tomando por testigos a Dios y a su Cristo. Este es el Juez de los vivos y de los muertos (cf. 1 Pe. 4, 5; Hch. 10, 42), es decir, no de los justos y de los pecadores, sino de los hombres que estarán aún vivos en el día de su venida y de los que habrán muerto. La fórmula entró en el Símbolo, y es posible que ya S. Pablo la haya tomado de un Kerygma. La manifestación del Señor de que aquí se trata, es la que debe preceder al gran Juicio. Cf. 1 Tm. 6, 14; 2 Tm. 1, 10” (Pirot).
. 1Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, el cual juzgará a vivos y a muertos, tanto en su aparición como en su reino: 2predica la Palabra, insta a tiempo y a destiempo, reprende, censura, exhorta con toda longanimidad y doctrina
2. Predica la Palabra: el Evangelio. “Los sacerdotes... después de haber investigado ellos por si con diligente estudio las Sagradas Páginas, y haberlas hecho suyas en la oración y la meditación, tomen diligentemente en sus sermones, homilías y exhortaciones las riquezas celestiales de la Palabra divina, confirmen la doctrina cristiana con sentencias tomadas de los Libros Sagrados e ilústrenla con los preclaros ejemplos de la Historia Sagrada y especialmente del Evangelio de Cristo N. Señor” (Pío XII, Encíclica “Divino Afflante Spiritu”). Cf. 1 Co. 2, 4 y nota.
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3Porque vendrá el tiempo en que no soportarán más la sana doctrina, antes bien con prurito de oír se amontonarán maestros con arreglo a sus concupiscencias
3. Son los maestros que nos ha descrito en 3, 1 ss. Véase 1 Tm. 6, 3 y nota.
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4Apartarán de la verdad el oído, pero se volverán a las fábulas. 5Por tu parte, sé sobrio en todo, soporta lo adverso, haz obra de evangelista, cumple bien tu ministerio.

El martirio está cerca

6Porque yo ya estoy a punto de ser derramado como libación, y el tiempo de mi disolución es inminente. 7He peleado el buen combate, he terminado la carrera, he guardado la fe. 8En adelante me está reservada la corona de la justicia, que me dará el Señor, el Juez justo, en aquel día, y no solo a mí sino a todos los que hayan amado su venida
8. ¡Amar su venida! Cada uno de nosotros puede examinar su corazón a ver si en verdad tiene este amor, con el cual debemos esperar a nuestro Salvador hora por hora, según la expresión de S. Clemente Él vendrá como un verdugo. Véase versículos 1; 1 Co. 15, 23; 2 Ts. 1, 10; Hb. 9, 20; Ap. 1, 7; 19, 11 ss.; 22, 20 y nota.
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Encargos y avisos

9Date prisa y ven pronto a mí, 10porque Demas me ha abandonado por amor a este siglo y se ha ido a Tesalónica. Crescente se fue a Galacia, Tito a Dalmacia. 11Solo Lucas está conmigo. Toma contigo a Marcos y tráelo; me es muy útil para el ministerio. 12A Tíquico le envié a Éfeso. 13Cuando vengas tráeme la capa
13. La capa: Detalle íntimo que nos deja suponer la estrechez en que vivía el Apóstol, y los fríos que habrá pasado esperándola.
que dejé en Tróade, en casa de Carpo, y también los libros, sobre todo los pergaminos.
14Alejandro, el herrero, me causó muchos perjuicios. El Señor le dará el pago conforme a sus obras
14. Se trata probablemente de aquel Alejandro que es mencionado en Hch. 19, 33, o del que fue excomulgado por el Apóstol (1 Tm. 1, 20). Nótese el admirable contraste con el v. 16: Cuando se trata de los que dañaron a él personalmente, S. Pablo pide a Dios que los perdone; pero a los que dificultaron su obra apostólica, les anuncia el terrible castigo del Señor.
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15Guárdate tú también de él, porque se ha opuesto en gran manera a nuestras palabras. 16En mi primera defensa nadie estuvo de mi parte, sino que me abandonaron todos. No se les cargue en cuenta. 17Mas el Señor me asistió y me fortaleció para que por mí quedase completo el mensaje y lo oyesen todos los gentiles. Y así fui librado de la boca del león
17. Todos los gentiles ; pues los judíos ya se habían apartado de él (Hch. 28, 25 ss. y notas). La boca del león: El sumo peligro en que se hallaba. Todos los testigos que había presentado le desampararon, como los Doce al Señor (Mt. 26, 56). Tomemos nota de esto para librarnos de ilusiones, y desilusiones. Cf. Jn. 2, 24 y nota.
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18El Señor me librará de toda obra mala y me salvará para su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos
18. Me librará: Lo cual concuerda con Rm. 16, 25; 1 Co. 1, 8; Judas 24, etc., y bastaría por si solo para colmarnos de gozo, gratitud y esperanza. “Si no tuviésemos la revelación escrita y hablada de Dios y de su Hijo Jesucristo, dice un escritor, me bastaría ver mi propia impotencia y miseria espiritual, y mi debilidad física en la enfermedad o en la vejez —que todos palpamos tarde o temprano— para comprender que el Creador no pudo poner en tal situación al hombre, a quien hizo para rey del mundo, sino a causa de una gran caída; y también, que no pudo dejarlo en esa situación sino para redimirlo, pues de lo contrario cuando cayó lo habría destruido y no conservado. Desde entonces me alegro de mi inutilidad, pues cuanto más necesito de Cristo para todo, mayor es su gloria como mi Salvador”. Cf. Sal. 22, 6 y nota.
. Amén.

Saludos y bendición

19Saluda a Prisca y a Aquila y a la casa de Onesíforo. 20Erasto se quedó en Corinto; a Trófimo le dejé enfermo en Mileto. 21Date prisa para venir antes del invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino
21. S. Ireneo nos hace saber que este Lino iba a ser el primer sucesor de Pedro, y así lo menciona el Canon de la Misa.
, Claudia y todos los hermanos.
22El Señor sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.

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